Esta boda es la única que he podido realizar en este año 2020.

Fue una boda diferente al resto que había hecho debido a la situación en la que nos encontrábamos.

Ver a la gente con mascarilla, resultaba un poco difícil de asimilar, y a mi que me gusta mucho sonreír y congeniar con los invitados, me resulto muy difícil, ya que con la mascarilla, cuando voy a hacer las fotos, solo me veían los ojos.

Pero menos mal que era la tercera pareja que hacía en la cuadrilla y algunos ya me conocían.

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Nos encontramos en el Castillo de Javier, en Navarra, a 54 kilómetros de Pamplona.

El Castillo nació y vivió San Francisco Javier, de aquí tomo su apellido.

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Los novios se cambiaron en el Hostal Restaurante Xavier, y ya os podéis imaginar las vistas que teníamos desde la habitaciones al Castillo.

La boda se realizo con toda normalidad, eso sí con todas las medidas de seguridad por la situación en la que nos encontrábamos.

Los invitados esperaron dentro del Castillo, mientras tanto el novio y la madre del mismo, esperaron fuera para ver llegar a la novia acompañado de su hermano, mientras subían unos cuantos escalones, Alex, me imagino que estaría diciendo por dentro, "bueno ya llego el momento".

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Después de una ceremonia muy emotiva, nos dirigimos a realizar las fotos de la salida con todos los amigos preparados para la sorpresa, charanga, botes de humo y las pañoletas de los Scout.

El reportaje lo realizamos en las proximidades del Castillo de Javier.

Cuando terminamos, nos dirigimos al aperitivo, y a continuación, el convite que fue en el Hostal Restaurante Xavier.

Lo único que hizo diferente esta boda respecto al resto, fueron Las mascarillas y que no hubo baile, pero los novios realizaron un divertido bingo, con premios y muchas risas.

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